La vida amorosa de María Félix, conocida como “La Doña”, ha sido tema de fascinación y escrutinio a lo largo de los años. Entre sus numerosos amores, destaca uno especialmente prohibido y doloroso: su hermano, José Pablo Félix Güereña.
Este vínculo fraterno cargado de intensidad emocional es una ventana a las pasiones ocultas de una de las figuras más icónicas del cine mexicano.
José Pablo y María, un vínculo inquebrantable
José Pablo Félix Güereña, el hermano mayor de María por solo dos años, representó para la actriz mucho más que un simple lazo sanguíneo. Desde temprana edad, María desarrolló un profundo afecto por José Pablo, quien además de compartir con ella un lunar junto a la boca, compartía también una conexión espiritual y física que María describiría como un “incesto blanco”.
Este amor, aunque nunca cruzó los límites sociales establecidos, permaneció como una constante en la vida de la actriz.
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La separación de María Félix y su hermano
Ante la “extraña” cercanía entre María y José Pablo, su madre decidió intervenir, envió a José Pablo al Colegio Militar para seguir los pasos de su padre y poner distancia entre los hermanos. Esta decisión marcó un antes y un después en la relación fraterna, pues fue clave para transformar su cercanía natural en un amor imposible marcado por la distancia y el tabú.
La trágica muerte de José Pablo
La vida de José Pablo terminó abruptamente en diciembre de 1937, cuando fue encontrado muerto en el Colegio Militar de Popotla, Ciudad de México. La versión oficial apuntó a un suicidio, pero María siempre sostuvo la creencia de que su hermano fue asesinado.
La investigación de la autora Martha Zamora, ochenta años después, reveló irregularidades y concluyó que la muerte de José Pablo fue, de hecho, un homicidio, un hecho que María Félix nunca logró superar.
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El impacto de la muerte de José Pablo en la vida de María Félix
La muerte de José Pablo dejó una huella imborrable en María Félix, transformó su personalidad y afectó profundamente sus relaciones futuras. A lo largo de su vida, María perdió a los hombres que más amó, incluidos su hijo Enrique Álvarez Félix y su esposo Jorge Negrete, pero fue la pérdida de José Pablo la que marcó de manera más profunda su ser, se volvió más fría e ingobernable en su vida sentimental.
La historia de amor imposible entre María Félix y su hermano José Pablo es un testimonio de las complejidades del corazón humano y los lazos familiares. Aunque su amor nunca se materializó de manera convencional, permanece como una parte esencial en el legado emocional de “La Doña”, nos muestra así una faceta vulnerable y profundamente humana de la estrella. La muerte trágica de José Pablo y las circunstancias que la rodearon son un recordatorio sombrío de los secretos y las tragedias que a menudo se esconden detrás de las figuras públicas más icónicas.
